La función de los cristales
Los cristales como seres minerales iluminados.
LOS CRISTALES son seres minerales que han conquistado su luz propia. A igual de determinados seres humanos que se auto iluminaron se santificaron, se convirtieron en un ejemplo vivo de luz y verdaderos maestros de sus semejantes, los cristales también son maestros del reino mineral, donando su luz a través de la fuerza, el amor y la sabiduría a quien necesite de ellos.
Es incluso interesante señalar la semejanza de los nombres Cristo, Krishna, Cristal, todos grandes maestros iluminados de la humanidad. La energía Crística es la misma energía del cristal; es la propia luz del Espíritu materializada en un ser humano o mineral.
Cuando vemos la imagen de un gran ser humano, un maestro, un santo o un avatar, observamos que su cuerpo irradia luz, sobre todo de las manos, del corazón y del entorno de su cabeza, que es la famosa aureola de los santos.
Desde hace mucho tiempo los cristales fascinan al ser humano con su resplandeciente luz divina.
Cuando pasamos por una joyería, nos quedamos, casi automáticamente, hipnotizados por el encanto y belleza de las gemas expuestas, la cual, desgraciadamente, ha provocado muchas muertes, matanzas y guerras debido a la ambición de la personalidad humana ante el valor y el poder que representan. Tales gemas cristalizan la propia luz del espíritu instalada en los cuerpos físicos encontrados en el seno de la naturaleza. Y el contacto con esos cuerpos luminosos despierta en nosotros las mismas características.
En el orden físico, los opuestos se atraen y los semejantes se repelen; sin embargo, en el orden espiritual, estas circunstancias se invierten: el semejante atrae al semejante, la luz atrae a la luz. Si buscamos poder y riquezas materiales en las piedras, solo encontraremos fragilidad y pobreza; pero si buscamos la luz y la claridad, nuestras vidas se iluminarán y, entonces sí, seremos verdaderamente poderosos y ricos.
Si buscamos la felicidad a los ojos del mundo, atraeremos solo la infelicidad; pero si la encontramos a los ojos del espíritu, viviremos su verdadera expresión.
El cristal, brilla a través de su propia vida, proyecta su imagen en lo que tiene en frente a él, en cuanto que el personaje es opaco, busca su brillo en aquello que reluce por sí mismo, y, como un espejo, busca su imagen en aquello que tiene delante.
La felicidad, como la luz, es una cuestión de incidencia del ángulo con que vemos la vida. Podemos verla con los ojos del ego o con los ojos del Espíritu, y ella nos responderá en la misma proporción, ofreciendo el destino, el karma, para el Ego, y la libertad para el Espíritu.
Seres erísticos, los cristales, se liberaron de su karma, de su destino denso y opaco, para convertirse en moradas del propio Espíritu, moradas de luz. Son estrellas que cayeron en la Tierra, o brotaron de ella, trayendo el mensaje y la esperanza de que un día puliremos nuestro ser para convertirnos también en astros del Espíritu.
Más que mensajeros de la esperanza, los cristales son el propio instrumento vivo para esta transformación. Tenemos el espíritu en nuestras manos. ¿Qué es lo que podemos hacer con él?
Los cristales como maestros de fuerza, amor y sabiduría.
Anteriormente vimos que los cristales son seres de luz, manifestación cristalizada del Espíritu. Esta luz espiritual cristalizada puede desdoblarse y manifestarse en tres segmentos diferentes:
FUERZA: Es la manifestación vital e instintiva del Espíritu en el cuerpo. Es la energía vital, material y sexual. Es fundamental para el poder personal de realización de nuestros objetivos, deseos e ideas sobre la Tierra.
AMOR: Es la manifestación sentimental y emocional del Espíritu en el alma. Es la energía de la unión con la vida y con los seres amados. Es fundamental para la experiencia y la expresión de la felicidad, para el Sagrado Corazón que late en cada pecho.
SABIDURÍA: Es la manifestación intelectual del Espíritu en la mente. Es la energía del pensamiento que comprende y conduce los principios teóricos y prácticos de la propia vida. Es fundamental para la auto-consciencia, el conocimiento del sí mismo y de los principios y leyes que rigen el Universo.
Cuando digo que los cristales son maestros de fuerza, amor y sabiduría, quiero afirmar que, como representantes del plano Espiritual, actúan sobre los otros tres planos de la existencia, o sea: el físico, el emocional y el mental.
En el plano físico, existen cristales que ayudan a fortalecer la vitalidad, la fuerza física, la sexualidad, la capacidad de trabajo y de acción, el bienestar corporal y material, la propia salud física, de modo que podamos construir, en la práctica, nuestra existencia sobre la Tierra.
En el plano emocional, vemos cristales que ayudan a abrir el corazón hacia los demás y a la vida, a dar y recibir amor y afecto, a realizar los verdaderos deseos y sueños según la voluntad del Espíritu, y a sentir la felicidad real de estar vivo, para que se pueda, así, entrar en contacto y en unión con la propia alma.
En el plano mental existen cristales que nos ayudan a abrir la mente hacia el entendimiento de las leyes que rigen el Universo y nuestro verdadero papel en la vida, a dejar de ser racionales y críticos y a colocar el ego en su debido lugar. Estos cristales nos ayudan a tener claridad y objetividad para atraer la prosperidad, a tener voluntad y firmeza de carácter para dirigir el rumbo de la existencia y para ver la individualidad uniéndose a la Espiritualidad para realizar su voluntad en la vida.
Por último, existen todavía cristales que nos ayudan a conectar con la mayor fuente de energía, que es la propia luz del Espíritu y, en acción conjunta con la meditación, nos ayudan a volver a la luz de donde vinimos, o a traerla hasta nuestras vidas, transformando nuestro cuerpo en un verdadero cristal humano.
Los cristales no curan y no resuelven nuestros problemas, si bien a veces hasta lo hacen. Nos dan la energía necesaria para que, si realmente queremos y a fuerza de voluntad de nuestro Espíritu, podamos curarnos y resolver todos los problemas.
Debemos utilizar los cristales, pero no depender de su energía. Hay gente que dice: «No sé vivir sin mi cristal»; Es importante saber usarlos, sin apegarse ni proyectar en ellos nuestro éxito y felicidad. El éxito y la felicidad están en nosotros mismos, lo que falta es la fuerza, el amor y la consciencia para alcanzarlos.
Cuando queremos brillar en esta vida, pero no tenemos energía suficiente, los cristales son de excelente valía alimentando nuestra capacidad de disfrutar todas las posibilidades.
Una persona que busque, de corazón, un compañero, pero no consigue amarse a sí misma, usando un cuarzo rosa podrá sacar a la superficie sentimientos y traumas guardados en el inconsciente, para, así, perdonarse, reconquistar su autoestima y abrirse a las relaciones, atrayéndolas hacia sí.
Sin embargo, si nos mantenemos en la duda, en el «alto del muro», ahora queriendo crecer, ahora entregándonos a los deseos, ansiedades y miedos de nuestro personaje, con el alma vacilando entre servir al Espíritu o al ego, los cristales poco podrán ayudar. Aun así, y hasta en los casos de total sumisión al ego, pueden servir como «aspirinas» energéticas, mejorando el «dolor de cabeza», pero, desgraciadamente, sin resolver el motivo del mismo.
También es muy importante tomar consciencia de que los cristales pueden ayudar tanto como perjudicar, de acuerdo con las energías que emanan y aquellas que necesitamos. Si la persona es agresiva, no debe usar una granada; ya para la pasiva, la granada será de gran ayuda, al contrario de la amatista, que solo aumentará su pasividad. Si la persona es muy mental, no debe usar un citrino y sí un cuarzo rosa para desarrollar el emocional; la persona emocional, necesitará del citrino para mayor claridad y encauzamiento de las emociones.
De modo general, es un absurdo que la persona use el cristal de su signo astrológico, pues solo estará ampliando lo que ya es.
Debería buscar lo que le falta, usando un cristal Justamente de signo opuesto al suyo, que es donde residen sus mayores carencias y necesidades.
Los cristales como fuente de afectividad, prosperidad, salud y belleza
Sí, existen cristales que nos ayudan a convertirnos en atrayentes, prósperos y saludables. Los resultados son visibles cuando creemos en ellos, pero pasajeros cuando no creemos en nosotros mismos. El amor, la prosperidad y la salud son energías que emanan de nosotros mismos y se desdoblan por la vida. Cuando los buscamos en el mundo para rellenar nuestra propia carencia interior, pasamos a depender de ellos para tener nuestra felicidad y, con ello, perdemos la libertad.
La satisfacción de nuestros deseos es importante, sí. La prosperidad y la riqueza material también son importantes. La salud y la belleza, ¡no digamos! La cuestión es la forma de cómo trabajamos con ello.
Atraemos el amor, la salud y la prosperidad con nuestro brillo interior, como un sol que dona luz y calor; como una lámpara que, a la noche, atrae todas las mariposas.
LA LIMPIEZA DE LOS CRISTALES
El proceso más radical y eficiente de limpieza es la inmersión de los cristales en agua con sal gorda, sal marina o en el mismo agua del mar. La sal es el más fuerte agente purificador de energías. Su acción retira todas las energías negativas... y también ¡las positivas!
Hay que usar la sal solo en los cristales extremadamente cargados de energía negativa o en limpiezas periódicas, semestrales o anuales. Además de descargar totalmente el cristal, la sal, en muchos casos, corroe las gemas más sensibles.
Para quien se está iniciando en los misterios de los cristales, recomiendo dejarlos sumergidos en agua salada durante una noche o, como máximo, un día, y a continuación lavarlos muy bien en agua corriente. Haga eso con los cristales que acaba de adquirir o le han regalado (excepto si hubieran sido previamente energizados por la persona que se los dio), e incluso con aquellos que le acompañaran en momentos críticos de tensión, depresión o enfermedad, o que hayan sido tocados por personas negativas.
De un modo general, el lavado en agua corriente es suficiente como método de limpieza para los cristales. Después del uso, o periódicamente, se frotan bien con las manos, debajo del agua, hasta que sienta que están totalmente limpios de cualquier acumulación energética. A veces, también, se colocan en un recipiente con agua caliente. El agua caliente es muy eficaz para la limpieza de las «grasas» energéticas, sin embargo no substituye el lavado manual.
Siempre que usemos un cristal en alguien o en nosotros mismos para armonizar una chacra o aliviar un dolor de cabeza, ese cristal debe ser muy bien lavado después de su uso.
Se pueden utilizar también otros métodos de limpieza, como el fuego, el incienso, la tierra, determinadas hierbas.
EnergizaciónEnergizar es alimentar un cristal con energías favorables para su mayor desempeño. En la naturaleza, los cristales se energizan espontáneamente; sin embargo, dentro de ambientes cerrados, en constante contacto con nosotros y con nuestros problemas, muchas de sus energías se desvanecen en el intento de armonizar el ambiente y nuestros corazones. Por eso es necesaria una realimentación energética periódica para que un cristal permanezca saludable, irradiando luz y belleza, velando por todos nosotros.
Energizamos los cristales siempre después de su limpieza. Los métodos más conocidos de energización son:
• El agua dulce
Además de limpiar, el agua dulce es un fantástico energizador de los cristales, sobre todo las aguas de una cascada, de un río o de lluvia. Quien no pudiera llevar sus cristales fuera, intente recoger y traer esas aguas hasta ellos. En el caso que no fuera posible, use agua mineral o filtrada, y si tampoco fuera posible, utilice el agua del grifo a pesar del cloro.
El agua corriente energiza más, pero los cristales se pueden colocar en un recipiente de vidrio con agua y exponerlos al Sol o a la Luna Creciente o Llena durante un periodo de tres horas a un día para recomponer sus energías. Después de sacar los cristales, podemos utilizar esa agua para beber, pues estará energizada por los cristales.
• El Sol
El Sol es conocido como el principal elemento energizador de los cristales. Es así, pero con ciertas precauciones. El mejor horario para exponer los cristales al Sol es el de la mañana, en el periodo que va desde el amanecer a las 10 horas, cuando sus rayos comienzan a saturarse.
Tampoco es favorable exponer constantemente al Sol los cristales de colores fríos, como el verde-azulado, al azul, el índigo, el violeta y el morado. Estos son más lunares y el exceso de Sol termina alterando su estructura química y cromática. El cuarzo blanco se vuelve más opaco cuando se expone constantemente al Sol. Las piedras de colores calientes, como la roja, la naranja, la amarilla y la verde-amarilla, quieren mucho Sol, cuanto más mejor.
En el caso de ausencia de luz solar, podemos utilizar la luz de una vela, de una lámpara fuerte o cualquier otra forma de luz o fuego, colocándola próxima a los cristales.
• La Luna
La luz lunar es extremadamente benéfica para las piedras blancas y para las de colores fríos, pero no ofrece, exactamente, el tipo de energía pedido para las piedras de colores calientes.
Las lunas favorables para la energización son la Creciente y la Llena. La Menguante puede ser usada para la limpieza y la Nueva para descanso del cristal.
• La Tierra
La tierra también limpia y energiza los cristales. Si se coloca un cristal sobre la tierra o se entierra, recibirá toda la energía necesaria para su funcionamiento y bienestar.
Los cristales se pueden poner también en un tiesto, pero, en ese caso, primero límpielos bien para que las plantas no reciban sus cargas negativas. Ahora, con el cristal limpio, notará cómo, súbitamente, las plantas comenzarán a crecer y a ponerse bellas y exuberantes.
• El incienso y las hierbas
Los inciensos elevan y purifican la vibración de los cristales. Podemos usar indistintamente los palitos o los quemadores —lo importante es que el humo envuelva los cristales. Se puede usar cualquier aroma (el sándalo es uno de los preferidos), menos ruda y alcanfor, que serán usados para la limpieza.
Respecto a las hierbas, ni siquiera es preciso describir el poder energético y curativo que de ellas emana. Podemos colocarlas alrededor de los cristales o triturarlas en un recipiente con agua, donde pondremos los cristales durante un día. Se pueden utilizar diferentes hierbas, pero lo mejor es usar hojas de boldo, romero, albahaca o eucalipto, o incluso todas juntas. Estas hierbas se encuentran fácilmente y no tienen contraindicación.
• Otros cristales
Podemos colocar los cristales para energizarlos en drusas mayores de cuarzo blanco o de otros cristales afines. Podemos también colocarlos dentro de un círculo, de un mándala compuesto por cristales blancos, permaneciendo en ambos casos de uno a tres días.
Es importante que las drusas y los cristales del mándala ya estén previamente energizados.
• La intención y el amor
La intención es el método a través del cual utilizamos la energía mental para energizar los cristales. Enviamos mentalmente o con palabras, mensajes de luz, fuerza y energía a los cristales. Durante la mentalización, tomamos un cristal entre las manos llevándolo hasta la frente y después soplamos sobre él, ofreciéndole nuestra energía vital.
El amor es simplemente el cariño y afecto con que los tratamos.
Además de estas fuentes energizadoras, también se puede usar el relámpago, el trueno, los vientos y demás fuerzas de la naturaleza.
Conservación
El cristal ya está limpio y energizado. Y ahora, ¿cómo conservarlo así?
La conservación de los cristales varía de acuerdo con sus funciones. Podemos sintetizarlas en cuatro niveles:
• Cristales para ambientes
El mantenimiento de los cristales en los ambientes, ya sean familiares como profesionales, debe ser, por lo menos, semanal.
Están expuestos en esos lugares para proteger, armonizar o estimular a las personas que allí están, y eso gasta mucha energía del cristal, sobre todo en ambientes por donde pasan muchas personas. Por ese motivo se deben lavar y energizar semanalmente, o como mucho, mensualmente.
En el caso de conflictos o problemas graves que se den en el ambiente, los cristales se deben limpiar y re energizar enseguida o constantemente si la situación perdurara.
En el caso de cristales de gran tamaño, deben lavarse con un paño mojado, embebido en agua, y a continuación energizarlos con la fuerza de la intención, ya que inciensos y velas pueden sonar un tanto extraño en ambientes públicos.
Los cristales de uso personal Se deben limpiar y energizar de acuerdo con las circunstancias en las que estamos. Están a nuestro lado, y aquello que nos acontece, también les acontecerá. En el caso de una existencia pacífica, se recomienda un mantenimiento mensual. Cuando esos cristales están constantemente a nuestro lado, como sucede en el caso de anillos, pulseras, pendientes o collares, es recomendable que nos bañemos con ellos, pues de este modo estamos haciendo una higiene simultánea.
Es una triste tendencia de las personas «poner el dedazo» en ese cristal «tan bonito» que usted lleva en el cuello. Es aconsejable, en esos casos, lavar el cristal nada más llegar a casa, así como también es aconsejable no salir por ahí mostrando sus joyas a todo el mundo. Las joyas son objetos personales de poder, que deben compartir solo la energía de su propietario.
• Cristales para la terapia
Los cristales de uso terapéutico deben estar en un espacio reservado para tal fin. Ese espacio debe estar Aireado, iluminado y, si es posible, con entrada de luz solar.
Tengo la costumbre de colocarlos en una mesa de madera, forrada con un tejido de seda o de algodón, o, donde los dejo dispuestos bajo la forma de un mándala para crear un campo energético colectivo
No utilizo materiales sintéticos, pues estos obstruyen la circulación de la energía.
Después de la terapia, todos los cristales utilizados se deben lavar minuciosamente y repuestos en el mándala.
La limpieza y la energización general puede ser mensual o semestral, de acuerdo con la frecuencia de uso, salvo que los cristales queden extremadamente cargados durante la terapia, que en ese caso deberán meterse durante algunas horas en agua con sal y, después de lavados y energizados, colocarlos de nuevo en el mándala.
• Cristales en Sí
Son aquellos cuya única misión con su usuario es embellecerle y colorearle la vida. Se usan, de una forma intuitiva y sin pretensiones, en ambientes o en el propio cuerpo. Están al alcance de todos. Su mantenimiento es a través del cariño que se tiene por ellos.
La inocencia todavía es la mayor arma y defensa de la humanidad. Anula los efectos que, en otras circunstancias, serían desastrosos; permite la libertad de usar y experimentar aquello que se desea. Es como un niño que no se le puede juzgar ni condenar por sus actos. Sin embargo, la inocencia cesa en el momento en que se adquiere consciencia. Cuando tomamos consciencia del uso y el poder de los cristales, sus efectos tanto positivos como negativos se proyectan en nuestras vidas.
COMO USAR LOS CRISTALES
En el ambiente, como protección y armonía
Los CRISTALES se pueden usar para la protección y la armonización de los ambientes. Como protección, constituyen un escudo en torno del ambiente, en cuanto absorben y transmutan las energías negativas. Como armonización, promueven el bienestar y la empatía entre las personas presentes.
Usamos, en los dos casos, cristales de medio a gran tamaño. Para estas funciones, cantidad y tamaño son factores indispensables, sin descartar, por supuesto, la calidad. Vemos así, que el trabajo que el cristal tiene que desempeñar se multiplica para cada persona que entra y, además de eso, su área de acción abarca todo el ambiente, a veces incluso hasta un salón o un auditorio. Por eso, es importante que el cristal tenga una estructura física con capacidad para emitir y absorber gran cantidad de energía.
La drusa es un conjunto de cristales unidos a una base única, son varias puntas individuales unidas, armónicamente, a la misma base. Existen grandes drusas de cuarzo blanco, ahumado, citrino, de amatista (las famosas «capillas») y muchas otras, Esas drusas funcionan corno un filtro para el ambiente, destilando bienestar y armonía.
Además de las drusas, usamos también piezas de cristal de medio y gran tamaño con el mismo fin. Se consideran estas piezas a partir de un tamaño como el de la palma de la mano, generalmente en estado bruto. Las piezas más usadas son las turmalínas negras, los cuarzos rosa y verde y las ágatas. Bolas de cristal y obeliscos también pueden ser utilizados para este fin.
Los cristales para la armonización se pueden colocar en un punto tal que abarquen todo el ambiente. Puede ser en alto, en un estante o en una mesa. Por otra parte, los cristales para protección se pueden colocar a la puerta de los ambientes o en la mesa donde trabaja, o sea, deben estar próximos de quien entra o de quien desea la protección.
Los cristales más usados para la protección y armonización son:
Cuarzo blanco: transmite luz, paz, armonía y alegría.
Amatista: transmite espiritualidad y trascendencia.
Citrino: transmite prosperidad y claridad.
Cuarzo rosa: transmite amor y equilibrio emocional.
Cuarzo verde: transmite salud y equilibrio emocional.
Turmalina negra y cuarzo ahumado: transmiten protección y estructuración.
Ágata: transmite tranquilidad y bienestar.
Como piezas de uso personal
Cuando elegimos un cristal como compañero de jornada, es fundamental que esté a nuestro lado el mayor tiempo posible y, sobre todo, en los momentos en que su energía fuera necesaria. Será nuestra piedra de poder personal, aquella que compartirá nuestra historia, estimulando energías que necesitamos incorporar y expresar en la vida, o alejándonos de aquellas que necesitamos abandonar.
Podemos llevar ese cristal en el bolso, en la bolsa, en una bolsita cogida a la ropa o en cualquier otro lugar a donde llegue la imaginación.
Pero la forma más práctica es a través de los clásicos adornos corporales como anillos, pulseras, tobilleras, colganles, collares, gargantillas, pendientes o diademas.
Hay controversias sobre la utilización terapéutica de cristales pulimentados. Muchos los prefieren en estilo bruto. Podemos encontrar los cristales bajo las siguientes formas:
• En estado bruto, exactamente como se encuentra en la naturaleza. Conservan toda su integridad.
Rodados, o sea, pulidos naturalmente, a través del proceso de rodamiento en tambores de agua y arena, exactamente como sucede en los lechos de los ríos. Solo deben ser evitados cuando el cristal presenta una punta natural, como el cuarzo blanco, la amatista y el citrino; también cuando presentan estrías, frisos paralelos que se extienden por su superficie, como en el caso de las turmalinas, aguamarinas, cuncitas y otras; en esos casos, el rodamiento interrumpe el mayor flujo energético.
• Ovalados que presenta una cara ovalada y otra achatada. Sigue los mismos principios de los rodados, sin embargo se producen siguiendo un patrón con máquinas y manos humanas. Como los pulidos, generalmente se usan para adornos corporales como anillos, collares y otros. En este proceso también están incluidas las bolas de cristal y los obeliscos.
• Pulidos en N número de caras para aprovechar al máximo su luminosidad. Su potencial varía de acuerdo con el talento o el estado de ánimo del pulidor. El talento es inherente o no al pulidor, sin embargo, el estado de ánimo puede variar de un trabajo a otro, impregnando el cristal de emociones positivas o no.
mejor es dejar de usar esa pieza devolviéndola a la naturaleza.
Veremos a continuación las diferentes formas de cómo se pueden usar esas joyas en el cuerpo y cuáles son sus características y particularidades:
• Anillos
Los dedos son extensores de todas las energías del ser. Son la síntesis de todos los niveles de percepción de la vida. Pueden tocar y actuar en cualquier parte del propio cuerpo o de cualquier otro cuerpo. Expresan aquello que está en la mente y en el alma de cada uno. Con ellos manoseamos, escribimos, acariciamos y agredimos la propia existencia.
Se pueden usar todos los tipos de cristal en los dedos (abarcan todos los chacras), siempre que se sigan las especificaciones para cada momento y que se coloquen en el dedo y la mano correctos.
Trataremos más específicamente este asunto en el capítulo «Los dedos y los astros».
• Pulseras
La muñeca es una especie de síntesis de los dedos (le las manos. Las diferentes energías que corren por los dedos se unen a la muñeca. Es como si la muñeca fuera su base, de la misma forma que una drusa de cristales, donde varias puntas se unen en una base única. De este modo, las pulseras circundando ese portal son, casi, como una compuerta que puede represar o abrir el flujo energético por el brazo.
Las pulseras son excelentes para la circulación y cambio de energía con las personas y con la vida. La acción de los cristales abre las muñecas, permitiendo el flujo de energía, sobre todo aquella energía que el cristal está dinamizando. Hay que resaltar que la muñeca derecha favorece las intenciones expansivas, en cuanto que la izquierda son las receptivas (en el caso de los diestros); por eso, en casos de protección, se recomienda cerrar la muñeca izquierda.
• Tobilleras
Las tobilleras funcionan exactamente como las pulseras, con la diferencia de que aquellas están ligadas a las energías densas de la tierra. Son ideales para cristales negros, marrones y rojos, que atraen las energías densas de la tierra hacia el organismo, dinamizando la energía vital, la sexualidad, el poder personal y la fuerza para caminar sobre la tierra. Sirven también como una toma de tierra para descargar las tensiones psicocorporales y, también, como un escudo protector contra las energías negativas de ciertas entidades elementales o con bajo astral, que intentan consumir y alimentarse con nuestras propias energías.
De la misma manera que en las muñecas, el tobillo derecho está ligado a la corriente expansiva, mientras que el izquierdo a la receptiva.
• Colgantes y collares
De modo general, llegan hasta la altura del corazón, o como máximo, a la altura del plexo.
Los que llegan a la altura del corazón, actúan en la vida emocional, estimulando o reprimiendo, según el cristal, la propia expresión emocional, o sea, el amor que la persona siente hacia sí misma, hacia los demás y hacia la vida. Para dinamizar los sentimientos, el amor propio y las relaciones, podemos utilizar cristales rosas, anaranjados, verdes o blancos. Los violetas tienen que ver más con el amor espiritual; los amarillos y azules con la energía mental, pudiendo ser usados, en casos de desapego y claridad emocional. Los rojos pueden sobreexcitar, aportando irritación y ansiedad; los negros, cenizas y marrones pueden reprimir aportando rigidez, pesimismo y melancolía. Se utilizaran solo en casos excepcionales.
Los colocados a la altura del plexo estimulan la actividad mental, la individualidad y la fuerza de voluntad. En esta parte del cuerpo podemos usar, sobre todo, los cristales amarillos, los blancos, o incluso todos los demás, según las circunstancias y necesidades antes descritas.
• Gargantillas
Aunque próximas al corazón, las gargantillas, alrededor del cuello, estimulan la capacidad de expresión verbal de los sentimientos y la verdad de cada uno, privilegiando la comunicación entre las personas y con uno mismo (ver quinto chacra). En esta parte del cuerpo, lo ideal, son piedras azules, verde-azuladas o blancas.
• Pendientes
Los pendientes son unos de los adornos que se colocan más próximos a nuestra cima, a las vibraciones más altas del ser y del espectro del arco iris (ver sexto y séptimo chacra). Trabajan, principalmente, con las energías del azul oscuro, del violeta, del morado, del dorado y del blanco.
• Diademas
Aunque poco usadas para llevar cristales, las diademas tocan exactamente la parte alta de la cabeza, la corona del ser humano (ver séptimo chacra). Es el punto que tiene la más elevada frecuencia espiritual del cuerpo. Aquí, el blanco es el color más indicado, pudiéndose utilizar también el dorado, el violeta y el morado. Los otros colores deben ser muy claros o evitados. Como canalizadores, transmisores y amplificadores de la intención.
Como canalizadores, transmisores y amplificadores de la intención:
Por canalización entendemos la capacidad de recibir o incorporar energías de seres distantes y de otras dimensiones. Es lo que ya conocemos desde hace mucho tiempo por el nombre de mediumnidad. La mediumnidad puede ser tanto consciente, cuando intervenimos con las energías, como inconsciente, cuando estamos totalmente poseídos por ellas, cuando se manifiestan las energías integralmente a través de nuestro cuerpo y nuestra voz; sensitiva, cuando percibimos las energías en nuestra consciencia y sensibilidad como una suave comunicación interior.
Por transmisión entendemos la capacidad de enviar nuestras propias energías a seres distantes o de otras dimensiones.
Nuestra intención se proyecta en el astral y se refleja en el ser deseado. Son nuestras oraciones, evocaciones, visualizaciones y viajes astrales.
Por amplificación entendemos la capacidad que tiene el cristal de aumentar el efecto de nuestra intención, ya sea tanto para la canalización como para la transmisión.
Para esos casos el cristal más indicado es el cuarzo blanco, sobre todo el cristal generador de cuarzo blanco de terminación única o biterminado. El generador de cuarzo blanco es una pieza natural de cristal límpido, de diez a veinte centímetros, aproximadamente, con una punta y una base (terminación única) o una punta en cada extremidad (biterminado). En el caso del generador de terminación única, la energía entra por la base y sale por la punta; en el biterminado, la energía corre simultáneamente en ambas direcciones al mismo tiempo.
Cuando queremos enviar o transmitir un mensaje o intención a alguien, dondequiera que esté, intentamos, inicialmente, visualizar mentalmente lo que se quiere transmitir. Si es un caso de enfermedad, visualizamos a la persona fuerte y saludable; si es un problema personal, visualizamos a la persona con fuerza y claridad para resolverlo; si es un caso de pérdida la base del cristal sobre la frente, proyectamos esa imagen a través del mismo, hacia el espacio, en dirección a la meta deseada. La intención trabajará en el cuerpo astral de la persona, reflejando en ella los deseos esperados. Ese tipo de transmisión se usa sobre todo para enviar energías de fuerza, solidaridad y cura, para quien, teniendo necesidad de ellas, se encuentra a distancia.
En el caso de recepción, de canalización, necesitamos, primero, definir, transmitir exactamente al Cosmos el conocimiento o las energías que deseamos recibir, o incluso, los seres con quien queremos entrar en contacto. Hacemos esto con la base del cristal sobre la frente. A continuación, invirtiendo la posición, colocarnos la punta vuelta hacia la frente y esperarnos, con total silencio y vacío mental, la información o incorporación de la energía que pedimos. Podemos, en esos casos, canalizar mensajes y energías de desencarnados, de guías o ángeles, tanto del plano astral como del espiritual, así como también de los elementales e, incluso, de los seres humanos comunes y de los animales.
En lo tocante a la meditación, que está totalmente desvinculada de cualquier intención que no sea el propio silencio mental, podernos colocar algunos cristales a nuestro alrededor o delante, en nuestras manos, o incluso sobre la frente o el corazón